No, absolutamente no. Si vive con exceso de peso, está lejos de estar solo.

Sin embargo, la lucha por perder peso puede resultar larga y solitaria. Para muchos, el sobrepeso (IMC superior a 25) o la obesidad (IMC superior a 30) tiene un gran impacto en la salud física y mental, ya que disminuye la calidad de vida y aumenta el riesgo de secuelas.

La obesidad se clasifica como una enfermedad, pero como paciente a menudo te encuentras con prejuicios y culpas.

Una creencia común es que se trata de pereza y mal carácter y que la solución es simple: comer menos y moverse más. La verdad es considerablemente más compleja cuando la genética, el desarrollo social y los procesos de supervivencia biológica pueden desempeñar un papel y contrarrestar la pérdida de peso. La dieta yoyó y las dietas se han convertido en parte de la vida de muchos. La pérdida de peso suele ser temporal y, lamentablemente, las estadísticas de éxito son sombrías.

Ocho de cada 10 personas con obesidad que han perdido peso anteriormente no logran mantenerlo. La obesidad es una enfermedad que se produce cuando el cuerpo altera las señales de hambre y apetito, y con los medicamentos modernos se puede restablecer un equilibrio más natural si no se come más de lo necesario.

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